¿Cuál ha sido la mayor sorpresa que te ha dado la trayectoria de preparación y realización de la obra?
La preparación fue bien interesante. Nos pasamos unos buenos seis meses cortando y moldeando. Por ejemplo lo que yo había puesto en el medio de la obra Theresa lo cambio, lo puso al principio y otras cosas así. Exploramos los sentimientos de cada personaje. Aunque los personajes son mayormente mi familia nos dio la oportunidad de ir un poco más profundo en el tema de la separación, el amor, la esperanza. Creo que pudimos dar una idea en un poco tiempo, una hora, lo que fue ese momento en la historia para esta familia en particular. Fue muy gratificante.
La realización de la obra ha sido mucho más de lo que yo me imagine. Yo no tenía idea de cómo sería aceptada. Pensé que la pondríamos las tres veces que habíamos pensado y eso sería todo. Pero la reacción fue tan bonita que me sorprendió. Y hoy por hoy, cada vez que la hago y alguien de la generación de mis padres me dan las gracias y se ven conmovidos, es siempre un momento muy bonito y especial para mí. Me doy cuenta que valió la pena. O cuando una persona joven entiende mejor lo que pasaron sus abuelos, tengo una amiga americana que trajo a su sobrina y unos días después la sobrina le dijo “Tía Judy la obra me hizo pensar en toda la gente que vemos pasar en la calle que deben tener historias profundas que contar y uno les pasa por al lado”. En fin, como dije antes, esto ha sido un regalo que me dejo mi padre.
Hubo ciertas inquietudes por parte del público que presencio tu actuación en Casa Bacardí, como reacción ante la obra y los temas que dicha toca. ¿Consideras la obra controvertida?
No considero la obra en lo mínimo controvertida. Mi meta nunca fue escribir una obra política como dije antes no tenía meta cuando la escribí. Claro que la naturaleza del tema es político, pero al final es una historia de una familia. Ya pudimos ver que en el mismo público hubo quien no le gusto como trate a Batista. ¡Y otro que pensó exactamente lo opuesto! En una cosa creo que estamos de acuerdo todos y es que Fidel es un hijo de...
Te desenvuelves entre Nueva York y Los Ángeles, pero tu adolescencia la pasaste en Miami. Tú y yo hemos compartido clase, la de Miami Senior High 1977. ¿Acaso ha influenciado el haberte criado en el Miami de los 70 a este espectáculo que llevas a cabo? ¿De qué manera ha ayudado o quizás perjudicado la carrera artística de Jay Álvarez?
Yo creo que donde uno pasa la adolescencia siempre es en gran parte quien uno es. Y aunque han pasado muchos años que me fui de Miami, siempre tengo a Miami conmigo. No creo que el haberme criado en Miami ni me ha perjudicado, ni ayudado en mi carrera. Mi carrera ha sido una sorpresa para mí. Yo nunca pensé que sería actor. Es que todavía es y no sé cuánto durará esto.
¿Tienes en mente algún proyecto futuro?
Me está dando vuelta un tema en la cabeza. El verano pasado conocí a la gran actriz Oliva de Haviland, que este año cumple 95 me parece, tres buenos amigos y yo nos pasamos una noche tomando champagne y charlando con ella en Paris, y no sé, hay una semilla que esta germinando. Pero por el momento toda mi atención esta sobre "Sharks". Me gustaría seguir contando esta historia cubana.
Por último. ¿Has regresado a Cuba desde que tú y tus familiares se fugaron de ella? ¿Piensas regresar?
Nunca he regresado a Cuba quiero tanto conocer la tierra de done vengo. Es muy extraño no conocer de donde uno viene. ¿No? Mi tía de 91 años, mi mama de 87 y yo, hemos hablado de ir para el Día de Acción de Gracias de este año. Si Dios quiere quizás conoceré a Cuba.
Nota del blog: Critica de la obra publicada este lunes en el Times Square Chronicles
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