Lo de la reunión fue una Inquisición. Bueno, quizás la cosa la otra noche no lo fue, pero llego a sentirse como una. Otra reunión del Exilium Tremens que se convierte en casi caza de brujas. Acusaciones contra un compañero de lucha se arremetieron en esta ocasión por un reconocido activista liberal, sentado a mi derecha, y un también reconocido activista, profesional del mundo financiero este otro, sentado a su derecha. No soy la persona con más pudor del mundo, pero la reunión se torno bastante repugnante. Rechacé que se siguiera hablando del acusado, y de la forma en que se estaba hablando, sin la presencia de él. Se siguió hablando a espalda de nuestro compañero de lucha. Una mejor persona se hubiera largado entonces. Una vez más, no fui esa persona.
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