sábado, 16 de mayo de 2009

Canciones de Carlos Varela: Una forma de definir a nuestra generación


Las canciones de Carlos Varela o una forma de definir a nuestra generación
Manuel Santín Valdés
Producciones MSV Pinar del Río
Fue a finales de los 80 cuando supimos de la existencia de un cantautor de pequeña estatura y decir afilado, agrupado dentro de la llamada Segunda Generación de la entonces habitual Nueva Trova, promoción de cantores más jóvenes que los clásicos de referencia, también conocidos como Generación de los Topos.
Mucho ha llovido desde entonces y muchas canciones suyas nos han acompañado en nuestras más disímiles circunstancias, en la intimidad de nuestra convivencia o en la contundencia de un concierto multitudinario, nos han marcado como simples escuchas o melómanos empedernidos y se han convertido(para suerte nuestra) en parte inseparable de nuestra memoria en las últimas dos décadas.
Carlos Varela es el nombre de aquel gnomo que estimulaba nuestras ansias de entonces en pos de una canción diferente, aquella que nos pudiera sumergir( de nuevo) en nuestro propio mundo de palancas, árboles raros y un bulevar, las desventuras de un boxeador y la pasión de un negro blanquísimo sentado al piano, los vaivenes de la Cuba embriagada ya por el tropicollage, y hasta buenas dosis de manzanas y ballestas que evidentemente nos convirtieron desde el mismísimo comienzo de esta historia, en los hijos de Guilermo Tell.
Ahora regresa de nuevo a nuestros predios, como ya lo hiciera en aquel memorable concierto de Enero 2007,su debut tardío en Vueltabajo, que nos hizo repetir de nuevo la misma pregunta: “Por qué demoró tanto en venir?”Ocasión inolvidable para muchos que compartieron al unísono la energía, el sobresalto, el placer inigualable, la añoranza, el éxtasis.
Cómo explicar el coro gigantesco de tantas voces cantando unos temas que nuestros medios difícilmente proponen? Canciones convertidas en mayor o menor grado, en clásicos de nuestra generación y de la joven música cubana, aunque algunos piensen lo contrario… Canciones donde todos hemos sido y aún somos, compañeros de Robinson acompañando su soledad en una isla, camaleónicos mapas , círculos de tiza y muchas monedas lanzadas al aire, ángeles y peces juntos en una foto de familia, muros llenos de graffitis, sueños y relojes de arena, sombras en la pared y callejones sin luz , fans de Lucas y Lucía acariciando las nubes y ensimismados por las curvas de Betty Boup ; leñadores sin bosque que constantemente nos están recordando las mágicas cábalas del siete y que por supuesto, la política no cabe en la azucarera.
Recibamos de nuevo a este juglar que se ha convertido desde hace mucho, en uno de los compositores cubanos más importantes e influyentes de los últimos tiempos, y que ha tenido la dicha de habernos retratado juntos, generación y entorno que nos es inherente ,en sus canciones, perfecta ocasión para hacer realidad ( de nuevo) el viejo refrán que reza “más vale tarde que nunca”.

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