“La información disponible parece indicar que el declive de Lage, de 57 años, y de Pérez Roque, de 44 años, había comenzado antes de la instalación de cámaras ocultas en la finca de Matanzas del cubano Conrado Hernández, delegado de la Sociedad para la Promoción y Reconversión Industrial (SPRI), dependiente del Gobierno vasco.
Supuestamente, para entonces los servicios secretos cubanos conocían el activismo español por acumular información sobre una eventual transición a la democracia en la isla, así como las veleidades reformistas atribuidas a Lage y Pérez Roque, y comentadas informalmente por ellos mismos a políticos extranjeros durante los viajes oficiales.
Nadie mejor para el desenmascaramiento de la pareja bajo sospecha que el sexagenario Conrado Hernández, ingeniero industrial, amigo de Lage desde los años juveniles, un informante codiciado por los servicios de información del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español, aún sospechando que pudiera ser un agente doble o triple”
ABC: ¿Qué sabe Conrado?
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