Es criminal que hoy por hoy, con tanta buena música que se está haciendo en Cuba, mucha de ella realmente innovadora, y mucha de la cual sus protagonistas son artistas jóvenes que con grandes obstáculos crean sus temas y son, en el caso de los más radicales, censurados en los medios de la isla, en Miami, donde vive la mayoría de los cubanos expatriados, no se escuche en la radio ni una sola nota de ellos. En efecto, la música cubana de la isla brilla por su ausencia en las emisoras de radio AM y FM del sur de la Florida.
Por lo dicho anterior, fue que por seis años me dedique en la radio de Miami a dar a conocer la música hecha en Cuba. Desde Frank Delgado, Carlos Varela y Pedro Luis Ferrer, a Moneda Dura, Porno para Ricardo y Rice and Beans. Todos los géneros musicales que se graban en Cuba, desde el rap al rock, pasando por la trova y la timba, todos, pasaron al aire en un programa de radio que resulto ser verdaderamente novedoso.
Me explico. La propuesta fue de hacer en una estación de radio AM de Miami, a unas horas descomunalmente tempranas, un programa de radio sobre lo que estaba pasando en Cuba y su alrededor. Estamos hablando al principio, de las 4, 4:30 de la madrugada y gracias a Dios, en un par de años el horario corrió, no mucho, pero corrió, hacia mas tarde. Los programas comenzaron de media hora, después una, hasta llegar a tener un espacio de dos horas de transmisión al aire los fines de semana. El programa era de corte político. Sin embargo, desde la primera salida al aire, me propuse darle al programa un corte más cultural. Me parecía que ya en la Capital del Exilio sobraban programas políticos. Por lo que me propuse ofrecerles a los radioescuchas un programa diferente a lo acostumbrado, con relación al tema cubano. Sobre todo en la onda radial AM, y a esas horas de la mañana.
La cosa es que por ejemplo, entreviste a Pedro Luis Ferrer, Gorki Águila y Ciro Díaz de Porno para Ricardo, y a Amir Valle. Autores y artistas cubanos de todas las persuasiones tuvieron un espacio en los programas que realizaba. Y digo en los programas que realizaba, ya que éramos dos locutores, uso esa palabra exagerando ya que no éramos profesionales y la emisora no nos estaba pagando, éramos los dos quienes llevábamos adelante los shows. Yo realizaba primero el de los sábados, después el de los domingos, para volver hacer el de los sábados, para terminar haciendo los del domingo.
Todo el cambia-cambia antes mencionado era porque al otro locutor, vuelvo a exagerar con la palabra, le daba por pedirme que cambiara los días según los ratings. O sea, según los ratings de los programas que yo realizaba subían, el personaje de cuyo nombre es obvio no deseo mencionar, como el nombre del programa por ejemplo, quería ese día entonces para hacer su programa. Esto se repitió durante todos los años que trabaje el programa.
Pues bien, al personaje locutor mencionado le molestaba la música, le incomodaba no sé por qué, los temas culturales. ¿Por no saber qué es la cultura? No sé. Lo que si se es que ya yo no le caía muy bien hacia rato con lo de los ratings subiendo y los suyos más o menos tirando. Otra cosa, y quizás la más inquietante y definitivamente la más repugnante, pero tristemente común en la radio de Miami, al tipo le daba por censurar. Censuraba a quienes llamaban a opinar, se pedía la opinión pública durante la programación para después censurarla, y censuraba a los invitados al show.
Poco a poco hasta llegar a ser demasiado, el personaje locutor del que hablo, se entremetía en mis programas a tal punto de interrumpir conversaciones y entrevistas. En fin, no dejaba a uno expresarse. Y como mis padres no me trajeron de niño a los Estados Unidos para ser censurado deje de hacer radio. No sin antes decirle, no en el aire, quizás eso fue demasiado prudente de mi parte pero no me arrepiento que fuera del aire le dijera, que a él no le importaba la causa, ni le importaba a Cuba, que a él lo único que le importaba era eso, le dije señalando el micrófono que tenía delante ya que estaba ese señor a punto de realizar el programa que le tocaba hacer, el de ese día. Claro que ya desde entonces, todos los programas serian de él. Y por supuesto, sobrecargados de política. Sobre esto último, razón por la que poco después de yo dejar de hacer radio, a ese señor locutor le quitaron la programación por casi un año. Tengo entendido que el show ha regresado al aire algo más ligero, pero sigue pesado.
Ahora bien, en lo personal, disfrute mucho el darle voz a quienes no la tienen, y en introducir a todo un público a una música y a temas, como la movida underground cubana, que de no ser por esos programas que hice, probablemente nunca se hubieran enterado de ella y de ellos. A veces he pensado que la música que ponía a tan tempranas horas de la mañana y los temas culturales que trataba en los programas, no eran para la audiencia que sintonizaba la emisora. Pero pensándolo bien, era a esa audiencia, mucha de ella en la tercera edad, quienes precisamente mas necesitaban oír la música de hoy y de la actual escena cultural de la isla, porque debían tener al menos una mínima idea de lo que está pasando con la música y cultura de su tierra. Y porque es criminal que tanta gente este con los ojos y oídos tapados. Y porque las audiencias más jóvenes, la nueva generación cubana, hace rato sabe que frecuencia sintonizar.
4 comentarios:
me parece que muchos cubanos en el exilio estan completamente desconectados de lo que occure en Cuba hoy en dia, tirstemente la musica y el arte sufren por ese desinteres
Gracias por dejar tu comentario al post Elsie, acertado.
Magnifico post. La falta de difusion del arte lleva a una incomprension de lo que sucede en el ambito de la "vida real" de la isla.
Gracias Charlie, y sobre lo que comentas de la falta de difusión del arte que se hace en Cuba, sus efectos, así es mi hermano.
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