miércoles, 18 de mayo de 2011

Antes del desayuno



¿A dónde va el viejo con ese machete? pregunto Fernando a su mama mientras preparaban la mesa para el desayuno. “A buscar un puerco” respondió la Sra. Arable. “Algunos puercos nacieron anoche”.


“No veo necesario usar un machete” continuo Fernando a sus solo ocho. Fernando no lo sabía entonces, pero esa madrugada fue el comienzo de su larga carrera en la defensa de los indefensos. Antes que saliera el sol del todo, ya había convencido a su padre de no matar a aquellos animales raquíticos.


El mundo dio las vueltas que da, y muchos años más tarde encontré a mi amigo de la infancia en el Exilio, en la Ermita. Fernando era ahora un abogado de renombre en todo el estado defendiendo a los indocumentados. Le pregunte por su padre. Sabía que su mama había fallecido algún tiempo ya.


“El viejo vino de Cuba hace poco, esta demente” me contesto. “Esta dándome tremendo bateo. El otro día antes del desayuno fue al garaje de la casa, y salió con un machete en la mano” continuo mi amigo. “Iba a buscar un puerco.”


Cuento este cuento, aquí y ahora, porque creo que ilustra un tema que muchos de mi generación hemos tenido que enfrentar. Los viejos y la demencia por un lado. Los indefensos y quienes los defienden por el otro. Una onda difícil de montar. Mejor, tan pronto nos sea posible, montarnos todos en esta otra. Muchos ya se han subido a ella.


Bienvenido a Nueva Onda Cuba

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