Viajando a Marruecos con William Navarrete

Canto al pie de los Atlas

Yo no conozco la historia de estos hombres,
apenas sabría distinguirlos,
encapuchados o desnudos,
entre las nubes de eucalipto de sus plazas
donde quedos escuchan al demiurgo de otros tiempos.

Yo no los reconozco
porque ignoro incluso si me hablan o me cantan,
o me invitan a tomarles de la mano
como a veces se toman entre ellos
cuando la luz del día se confunde
con los faroles mortecinos de sus zocos.

Yo sólo siento que me fundo
lentamente, irresistiblemente,
detrás de sus miradas,
donde se esconden los juegos y las danzas
que cerca de las fuentes compartimos
ajenos a los dogmas de los Libros.

Yo busco, paciente al pie de tantos muros,
que sus miradas prisioneras
y la mía de humilde ignorante de los Libros
apacigüen el fuego de los dogmas,
se eleven por encima de los Atlas
para fundir, con el brillo lejano de otros tiempos,
las nieves que silencian nuestros cantos.

William Navarrete

No hace mucho conocí a Manny López de Zu Galería y me explicaba cómo es la cosa en el patio. Para los que no han estado, Zu Galería es un pequeño oasis de cultura al final (o al principio) de lo que pudiéramos llamar la parte “turística” de la Calle Ocho en Miami. Manny me contaba que en el patio suele producirse por las noches unos “happenings”, noches de poesía, para ser más exacto.

Bueno, nada mejor que iniciarme en un happening del Patio de Zu, que con un recital de William Navarrete, quien se encuentra visitando la Capital del Exilio en estos días. Llego la noche del sábado a Zu y a la entrada, en la cera me saluda el poeta y ex preso político Manuel Vázquez Portal, quien estaba hablando con Janisset Rivero-Gutiérrez, también poeta y activista. Minutos después entro al oasis de cuadros. Una colección fantástica de pinturas me lleva al patio.

En primera fila de asientos plásticos, Olga Connor junto a otro poeta y ex preso de conciencia, Ángel Cuadra. A unas sillas mas, la escritora Daina Chaviano. Lleno el patio y por eso hace falta traer más sillas.

Daniel Fernández a cargo de presentar “a quien no necesita presentación”, William Navarrete. Nos avisan que estamos debajo de un corredor de aviones, así que de vez en cuando (y así fue) habría pausas en la locución. Parte de la magia del Patio de Zu.

William nos cuenta que quiso hacer la presentación de su último proyecto, el poemario “Lumbres veladas del Sur” porque el Patio de Zu le recordaba a los patios del Cotorro aunque nunca los conoció.

Dice el poeta cubano radicado en Paris que no quiere hacernos pasar a los presentes por mucho. Por lo tanto solo va a leernos dos poemas. El primero, el que encabeza este post. William animado por el público termina en fin recitando cuatro o cinco. Ahora no recuerdo porque, al menos para mí, no estaba yo fuera del trance de uno cuando ya escuchaba otro de “Lumbres”.

Y es que los poemas de “Lumbres”, el Patio de Zu y la noche del sábado con aviones y todo, nos llevo al Sur de Marruecos. Tierra y pueblo que inspira este último proyecto de Navarrete.

El “almidonamiento” que pudiera haber existido entre el público y el poeta evaporo cuando de pronto nos encontrábamos entre amigos, conocidos y acabados de conocer, todos en el patio, viajando a Marruecos con William. Encontrándonos con sus calles, desierto rojo, color azul añil, olores, costumbres y pueblo. Conociéndolo todos. Reconociéndonos en el.

Post sobre el happening en el blog de Zu Galería aqui.